IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL

La familia Setién Salazar ejerció el patronato sobre la Iglesia parroquial de San Miguel. Se trata de un templo de nave única, coro alto y torre a los pies.Una edificación sencilla que se construyó en dos fases: la cabecera cumple rasgos propios de mediados del siglo XVI, perteneciente a la corriente tardogótica, mientras que la torre y el resto de la nave fueron remodeladas a principios del siglo XVIII.

La puerta principal de acceso es un gran pórtico abierto orientado al sur, como es costumbre, y está enmarcado por molduras correspondientes al siglo XVIII. Desde el exterior también podemos apreciar cómo el trazado de la planta es envuelto por una serie de dependencias.

El sistema de contrafuertes de la estructura del templo repite el modelo característico de las iglesias trasmeranas, combinando la tradición medieval y el estilo clasicista del siglo XVII.

La torre del templo está dividida en tres alturas y las inferiores cuentan con una pequeña ventana que deja pasar luz al baptisterio y a la escalera que conduce al campanario.

Ya en el interior, la cabecera se apoya sobre dos medias columnas de la primera mitad del siglo XVI. Al fondo podemos observar un retablo churrigueresco realizado a manos de Jerónimo de la Revilla, una obra representativa del taller de Cudeyo. El retablo combina elementos renacentistas con manieristas. Ejemplo de los primeros son las columnas toscanas que, además, cabe destacar su excepcionalidad en la provincia. Y como representantes de elementos manieristas podría ser la decoración de las enjutas sobre las hornacinas o los remates avolutados del ático de obra.

La capilla mayor, por su parte, está cubierta con bóveda de crucería de cinco claves. De entre todas ellas, destaca la central sobre las restantes porque incluye un labrado de jarrón de azucenas. Se trata de un símbolo emblemático de la diócesis burgalesa.

Sobre uno de los contrafuertes encontramos un reloj de sol con relieve del astro y grabada la fecha de 1793 en la parte inferior.