Elechas
Arquitectura religiosa
Iglesia de San Bartolomé
La Iglesia Parroquial de San Bartolomé se construyó a principios del siglo XX y sustituyó a la antigua de San Bartolomé de Vedía (desaparecida). La nueva estructura se edificó en el barrio de la Torre, ubicación distinta a la anterior aunque ambas en el centro urbano de Elechas.
Se calcula que fue construida hacia 1916, debido al estado en ruinas en el que se encontraba la anterior iglesia. Cuenta con una planta en cruz latina enmascarada por el pórtico adosado en el muro este. Una torre y una dependencia parroquial flanquean la cabecera recta y su exterior destaca por la sobriedad.
La distribución de sus ventanas no guarda homogeneidad y cuenta una torre de tres pisos con particularidades que marcan su excepcionalidad tipológica. Por ejemplo, la presencia en la parte baja de la construcción de una ventana cortina, cuatro contrafuertes rematados en talud en la segunda planta o el estilo con cierto desequilibrio que aporta el cuerpo alto de campanas con líneas acentuadas que impiden un igual desarrollo en altura.
Los materiales utilizados en la estructura exterior asimilan la tradición de las iglesias trasmeranas. Este efecto poco armónico está compensado con el interior donde hay una utilización homogénea de materiales y estructuras. En 1996 se llevó a cabo una restauración. En su interior cuenta con dos figuras, probablemente de la iglesia primitiva. Se trata de San Bartolomé y San Juan Bautista, piezas talladas a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII. Escultura romanista conservada excepcionalmente en la zona.
Arquitectura civil
Casa de Francisco de Hontañón-Riva Cudeyo
La casa se encuentra en el histórico Barrio de Hontanón, actualmente conocido como La Raba. Fue construida por Francisco de Hontañón Riva Cudeyo, benefactor de la parroquia.
Según documentos encontrados, Hontañón Riva debió emigrar a América a hacer fortuna, consiguiendo una solvencia económica suficiente para construir su propia capilla y la vivienda familiar en la segunda mitad del siglo XVII.
La edificación mantiene la línea de las casonas solariegas propias de la zona con un tejado a cuatro aguas, fachada principal con arcos y escudo familiar. Esta es la única casa con fachada en sillería y escudo que se conserva en Elechas. Su distribución está repartida en dos pisos, en el inferior cuenta con un zaguán y en el superior se encuentran las estancias señoriales.
En el escudo se pueden distinguir heraldos tocando trompetas y dos leones rampantes. El primer cuartel contiene un castillo mazonado con un león en la puerta, propio del apellido Hontañón. En el segundo se puede ver una torre con un árbol a cada lado, sobre los que se encuentran dos grifos afrontados acompañados de una bordura de ocho aspas que pertenece al apellido Riva. El tercer cuartel está ocupado por una cruz floreteada y en punta tres lises, mientras que en el último hay dos árboles, uno de ellos surmontado de lucero y una bordura con aspas.
Villa Paula
Esta casa, de mediados del siglo XX, es la única construcción de arquitectura regionalista que encontramos en la zona de Elechas.
Villa Paula cuenta con elementos característicos de esta corriente artística. Reflejo de ello es el uso de remates con forma esférica y pináculos o la colocación del escudo familiar en el punto más destacado de la fachada.
La casa dispone de una torre articulada de tres caras que retoma el estilo impuesto por Rucabado en la arquitectura santanderina, confluencia del siglo XIX y XX.
Mezcla estos elementos con otros provenientes de la arquitectura vinculada a las edificaciones de los indianos. Cuando regresaban generalizaron elementos como el porche, tomado de las construcciones coloniales americanas.
Escuelas
La arquitectura escolar de Elechas mantiene la línea de otros modelos de su entorno. Se desarrolla en una sola planta longitudinal, limitada por dos módulos y con combinaciones cromáticas en el exterior.
La fachada está decorada con bandas, un elemento que se vincula a la estética moderna. Sin embargo, la edificación de las escuelas corresponde a las primeras décadas del siglo XX.
Su construcción fue financiada por el Marqués de Valdecilla, como ocurrió en otros casos en los que donó los recursos necesarios para su edificación.